DANZA Improvisación:
De la técnica a la creatividad
La improvisación en la danza es una materia muy antigua, pero solamente a partir del movimiento artístico de la “Nueva Danza” se empieza a valorar como un medio y un fin en sí mismo.
A partir de los años sesenta con toda la eclosión de la “performance” y el “happening” el cuerpo y el movimiento ganó protagonismo en las manifestaciones artísticas, y los profesionales de la danza empezaron a cuestionarse sus pilares de expresión y comunicación. Cuerpo y movimiento se hacen protagonistas de los valores sociales y políticos de la contemporaneidad, reivindican la democracia social, cuestionan la jerarquía, los roles de género y los valores artísticos.
La danza empieza a evolucionar surgiendo nuevas formas de manifestación.
La improvisación en la danza le devuelve al que baila su identidad humana y le permite desarrollar su potencia creativa.
Cuestiona patrones de comunicación, de expresión y de relación con el entorno inmediato y el mundo.
¿Qué potenciamos con la danza improvisación?
Bailar desde la improvisación nos pone en contacto con los detalles sutiles y cotidianos de cada persona, permite comunicarnos con el sentido esencial de cada uno de nuestros gestos y movimientos e iniciar desde ahí una vivencia artística personal y creativa.
Improvisar produce conocimiento porque nos propone reflexionar y cuestionarnos acerca del mundo y de nosotros mismos. Nos enfrenta a aquello que no conocemos y nos enseña lo mucho que nos queda por explorar, nos empuja a revisitar limitaciones incitándonos a formular preguntas a cada momento. La danza improvisada nos pone cara a cara con lo desconocido aportando nuevos estados de conciencia física, emocional y mental, ayudando a desarrollar un estado de empatía y responsabilidad en nuestras relaciones y potenciando nuevas maneras de interactuar con el entorno.
El avance de la danza hacia la valorización de la improvisación y la composición a tiempo real ocurre porque en esta se respeta y contempla la evolución de las técnicas corporales, pero además comprende la necesidad de potenciar lo creativo y la imaginación como valores esenciales para la evolución del ser humano.
Beneficios de la danza improvisación
1.
Desarrollo de la atención y la observación
Nuestro cotidiano esta repleto de información y estímulos que saturan nuestros sentidos. La práctica de la improvisación nos ayuda a observar el “todo” descartando lo innecesario y ayudándonos a poner nuestra atención en lo que necesitamos en el momento presente.
2.
Fomento de habilidades físicas
El trabajo consciente desde el conocimiento de la mecánica física y la anatomía del cuerpo, permite al bailarín desarrollar su potencial respetando sus límites y valorando sus cualidades específicas.
3.
Incremento de la creatividad y la imaginación
Al plantear la danza como un lugar de cuestionamiento en vez de un conjunto de verdades instauradas por patrones estéticos y culturales, se abre un espacio para que el cuerpo se deshaga de prejuicios y expectativas que bloquean el flujo del universo imaginario personal y colectivo.
4.
Capacidad de decisión
5.
Reconocimiento de la individualidad dentro de lo colectivo
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